Un inmigrante es toda persona que se encuentre fuera del territorio con el que tiene lazos afectivos, sociales o políticos, sin consideración de su situación migratoria, su intención o la temporalidad. Es decir que toda persona que sale del territorio del cual es nacional, por el tiempo que sea y sin importar los motivos, es considerado un migrante ante los ojos del sistema internacional. Por las dinámicas actuales y los cambios por la globalización, la mayoría de las personas del mundo en algún momento de nuestras vidas hemos sido inmigrantes y, por tanto, la comunidad internacional se ha preocupado por establecer criterios y obligaciones para todos los Estados respecto a los inmigrantes que se encuentren en su territorio.
Si tú eres una de las millones de personas que, por diferentes circunstancias, decidió partir de su país para enfrentarse a otra vida, debes conocer tus derechos.
No importa la condición migratoria en la que te encuentres actualmente, debes saber que hay unas garantías que te protegen, hay unos derechos que puedes exigir. Te comparto algunos principios que desde la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos se han adoptado para garantizar el respeto de los Derechos Humanos de los inmigrantes, especialmente los de aquellos que se encuentran en situación de vulnerabilidad.
Primacía de los Derechos Humanos: desde 1945, fue reconocido que todos los seres humanos tenemos unos derechos que nos son intrínsecos y que deben ser respetados en toda circunstancia. Derechos como la vida, el acceso a la justicia, el trato digno y la no discriminación son derechos que deben estar en el centro de todos los trámites y procedimientos migratorios en cada una de sus fases. Los Derechos Humanos deben ser el eje sobre el que cada país ejerce soberanía en temas migratorios.
Principio de igualdad y no discriminación: cada país tiene derecho a establecer sus propias política, normas y prácticas migratorias; puede establecer requisitos específicos para ingresar y permanecer en ese país y puede expulsar o deportar a los extranjeros. Sin embargo, el deber ser es que “todas las personas son iguales ante la ley”, por lo cual, los estados sí tienen la responsabilidad de hacer que sus límites y criterios en temas migratorios sean objetivos, razonables y proporcionales según la circunstancia. Las limitaciones o normas migratorias no pueden discriminar por motivos de raza, religión, sexo o idioma.
Principio de acceso a la justicia y garantías judiciales: es posible que en materia de procedimientos migratorios se presenten decisiones que puedan resultar en la imposición de una pena o sanción, por lo cual es indispensable que todos los inmigrantes sepan que tienen una serie de derechos en materia de acceso a la justicia y garantías ante el sistema judicial. Los derechos enunciados a continuación no son opcionales y todo inmigrante los puede exigir en caso de ser acusado o de que le haya sido impuesta una sanción:
- Derecho a ser escuchado dentro de un plazo razonable por un juez o tribunal independiente e imparcial.
- Comunicación previa, clara y detallada acerca de la acusación que se hace.
- Derecho a no declarar contra sí mismo ni a declararse culpable de nada.
- Derecho a ser asistido por un traductor o intérprete.
- Derecho a ser asistido por un abogado defensor de su elección y de comunicarse libre y privadamente con él, aquí es importante asegurarse de conseguir una buena asesoría jurídica.
- Derecho a la prestación de asistencia jurídica gratuita en asuntos migratorios para personas indigentes.
Principio de protección a la vida de los inmigrantes y atención inmediata: es una realidad que muchas veces las experiencias de los inmigrantes no son las mejores. En muchos casos, las personas deben huir de su país de origen y deben enfrentarse a situaciones difíciles en el país al que arriban. Es por esto que los estados tienen la responsabilidad de desplegar esfuerzos para proteger la vida de los inmigrantes cuando esta esté en riesgo. Hay que evitar cualquier tipo de inacción o complicidad con violación a la integridad o dignidad de los inmigrantes.
Asegurar que los Derechos Humanos sean garantizados en la frontera: las normas migratorias de cada país deben prohibir tratos discriminatorios o violatorios de los Derechos Humanos en la frontera. Incluso cuando los inmigrantes han intentado cruzar la frontera de forma irregular solos o con ayuda, los Derechos Humanos deben ser garantizados. Por otro lado, como ya se mencionó, los estados deben asegurarse de que el país al que retornará el inmigrante no sea un lugar en el que su vida corra peligro o en el que va a estar expuesto a cualquier clase de tortura. Las autoridades administrativas o judiciales deberán tomar en consideración las circunstancias por las cuales el inmigrante llegó a su país y analizar si regresar significa una amenaza para su vida.
Principio de interés superior de los niños y protección de la unidad familiar: la familia tiene derecho a la protección por parte de la sociedad y del Estado y los niños y niñas migrantes deben contar con toda la protección disponible a favor de sus vidas, de su desarrollo y de su integridad. Las autoridades migratorias deben tener esto presente en cada etapa de cualquier proceso migratorio y los migrantes deben saber que cuentan con esta protección.
Aunque los principios aquí mencionados no son los únicos que existen, son aquellos indispensables que deben conocer los inmigrantes. A nivel internacional se ha reconocido que existen unos derechos intrínsecos que no pueden ser vulnerados sin importar la condición migratoria en la que se encuentre una persona, por lo que, el desconocimiento y desinformación no pueden ser motivos para permitir afectaciones graves a los Derechos Humanos de quien decidió o fue obligado a emigrar.
Si actualmente eres inmigrante en los Estados Unidos o quieres migrar a este país, recuerda tener la información correcta, asesórate de un buen abogado o abogada de inmigración que pueda orientarte en tu caso concreto y ayudarte en la protección de tus garantías básicas.
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